Cronica Duatlon Pedrosa del Principe. Por César Vega.
Lo que mal empieza, mal acaba dice el refrán y en mi caso
así fue este Duatlon. Y mira que tenia todos los condicionantes para ser una
muy buena experiencia: Fenomenal organización (como siempre que Melecio está
por el medio), clima espectacular ( uno de los pocos días que hemos podido
disfrutar de una buena temperatura), y un circuito muy atractivo, especialmente
el de bicicleta con una primera subida exigente. En fin al lío.
Nos presentamos en Pedrosa un buen número de compañeros del
club, alguno como Felix, afinando para sus exigentes retos, otros todavía
adaptándose al triatlón, y otros como Carlos Quijano o yo mismo con la
intención de disfrutar de una buena tarde.
Mis problemas empezaron nada más llegar, ya que montando la
bici veo que en la rueda trasera tengo un huevo, debido a que la cubierta
estaba un poco al límite, una persona responsable se hubiese retirado, pero me
parece que cuando estamos en el meollo, abundan los irresponsables. Lo arreglo
como puedo (con el retraso y el estrés que eso supone), la dejo en boxes, y a
calentar rápidamente que voy muy justo de tiempo. Empiezo a calentar y noto
alguna molestia en el gemelo, se lo comento a Villu padre (que crack, no se que
prefiero si que se recupere de la lesión o que sigua lesionado, porque es un
lujo tenerle de animador y de fotógrafo en todas las pruebas), quien me
aconseja que no fuerce, pero claro estamos en el lío, así que otra
irresponsabilidad más ( parece que tengo quince años y no un responsable padre
de familia), hago lo que puedo y me pongo con los compañeros, foto y a empezar.
Nada más empezar las molestias se convierten ( como es
lógico) en algo más serio que hacen que la primera vuelta de carrera, en vez de
corriendo, vaya trotando. Una vez caliente el músculo no me molesta, por lo que
la segunda vuelta acelero el ritmo y me sirve para no ser de los últimos
(aunque estratosféricamente lejos de los primeros) cuando llego a la primera
transición. El hecho de haber corrido algo más tranquilo de lo normal ha hecho
que me sienta fuerte cuando cojo la bicicleta y la fuerte subida nada más
empezar hace que pase a unos cuantos en los primeros kilómetros. Lo malo es que
después de la subida viene la bajada, en la que me acuerdo todo el rato de mi
precaria rueda y unida al bacheado de la carretera me hace que sea
excesivamente prudente por lo que alguno de los que pasé, me adelantan bajando.
Esta precaución llega hasta San Cebrian donde mejora la carretera y sobre todo
a partir del cruce del puente viejo de Astudillo donde ya es llano y con viento
en contra. Estos son mis mejores momentos ya que además de tener menos miedo al
reventón tengo las fuerzas acumuladas de no haberme exprimido mucho, y también
lo que me confirma que siempre que pueda participaré en carreras sin drafting
donde solo vale el esfuerzo individual. En estos 11 km paso a otros tantos
participantes y me dispongo a la última transición ( que por cierto fue
desastrosa, no se porque siempre intento descalzarme en marcha, si al final
siempre lo hago mal).
Tal y como era de preveer el gemelo se ha enfriado y los
primeros metros son un infierno, donde voy a ritmo primero de cofradía de
semana santa y luego de peña de san Antolín, por lo que casi todos a los que
pasé me devuelven la moneda. Como en la primera parte, una vez que ha vuelto a
calentar el músculo he podido acelerar el ritmo, y aunque el parcial ha sido
malo, al menos he terminado, curiosamente en el mismo puesto que marca mi
dorsal, el 68. El resto de los compañeros, pues como éramos mucho de todo, pero
todos contentos y es que cuando haces algo que te gusta, da igual el puesto.
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