Cronica de Lorenzo.
Llega la hora de levantarse un minuto antes de que suene el despertador después de pasar una mala noche, desayuno y a las 8:45 caminito a Soria.
Tras
dos horas de camino pensando “qué hago montado en el coche”,
llego al primer cruce sin señalizar para llegar al aparcamiento y,
como siempre, sigo a un coche con pepinos de bicis, “estos seguro
que saben llegar”. Bajo del coche y me encuentro, primero con mi
compañero de fatigas Tomás y un poco más tarde con Jesús y Kiko.
Soy el más tardío en recoger dorsal y resulta que el único
obsequio que nos ofrecen (una barrita o gel energético) ya no queda…
Tras hacer nuestros cálculos
de cómo vamos hacer la prueba cada uno parece que en los primeros 12
km Jesús vendrá con migo.
Llega el momento de salir y
mientras nos explican el recorrido tengo el pulso a 115, estoy muy
nervioso, sobre todo por el estomago que no me ha dejado dormir bien,
pero dan la salida y todo se olvida.
Sale todo el mundo a fuego y
pienso “¿esto es un duatlón de larga distancia no?”, bueno
Jesús y yo llevamos un ritmo constante de 4:50 y disfrutamos de los
primero 12 km. Kiko y Tomás van muy bien por delante y nos vamos
dando ánimos.
Llegamos a la transición y no
es difícil encontrar nuestra bici… y vamos a por los 57 km (que
luego serían 61).
Nada más empezar a rodar me
doy cuenta de que el circuito, de llano, tiene poco (tenía razón
Tomás grrrr). Empiezan los problemas de estomago nada más darme el
viento fresquito. La primera vuelta se me hace eterna, empiezo a
pensar si dejarlo cuando acabe la bici, pero los ánimos de la gente
y de los compañeros al cruzarnos me van dando energía. En la
segunda vuelta nos cambia un poco la cara a todos y se nos quitan las
ganas de animarnos. Voy muy incomodo, no puedo casi ni acoplarme.
Hago caso de los consejos de Richard y Yannick y voy comiendo y
bebiendo cada poco, aunque me duela el estomago. Y la tercera vuelta,
no se si por ser la última, parece que voy mejor, aunque ya no me
cruzo con ningún compañero, van a tope.
Llego a la t2, y nada más
bajar de la bici sin las zapatillas, parece que se me ha quedado
enganchada la cala a la planta del pie, y las piernas no saben casi
ni caminar, pero como ya no queda nada, para adelante como los de
alicante. No bebo en la transición pensando que tenía un
avituallamiento nada más salir, pero mi sorpresa es que ya no estaba
ni el avituallamiento de bici ni el de la carrera.
Salgo a un ritmo de 5:00-5:30
bastante cansado y los primeros 3 km sin problema, nos vamos cruzando
los de club y dando ánimos dando todo por hecho. En el último
avituallamiento casi no queda agua tampoco, pero bueno!! Llego una
furgoneta para reponer al límite, bebo tranquilo y me quedan los
últimos 3 km que parecen 30.
Me empieza a doler el estomago
de tal manera que tengo que ir varios tramos andando, técnica que
aprendí de “diegu gallu”, pero al final consigo cruzar la meta
en 3:52:45 minutos. Kiko a la cabeza en 3:14:32, Tomás en 3:23:00 y
Jesús en 3:26:00. ENHORABUENA MAQUINAS!!!
Las piernas al final no están
demasiado fatigadas, algún aviso que me dieron los gemelos en la
bici, y los cuádriceps en la carrera pero nada que comiendo no se
solucionara. Lo peor el cansancio mental, el dolor de estomago y que
leches, que en este tipo de duatlon se sufre de cojones y más siendo
el primero que no se sabe muy bien como regular los segmentos.
La organización bastante
buena, pero lo de no dar obsequio con los 29 eurazos de inscripción
y al final no cuidar el avituallamiento en los últimos kilómetros,
me dejo muy mala sensación.
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