Triatlón I Iberman “La luz” 3.8
km – 180 km – 42 km.
Cronica de Felix Castrillejo
No sé por dónde empezar, es tanto
que contar y no quiero enrollarme pero 12 horas de prueba y 10 meses de
preparación dan para mucho. Para los tres miembros del club que acudimos
(Yannick, Joselu y yo) es la primera vez que nos vamos a enfrentar a esta
distancia. Hay que destacar que 16 palentinos acudan a una prueba así es algo
bastante significativo.
Todo comenzó hace un año con una
llamada de teléfono por parte de Ramón Alayeto, del club triatlón Astudillo. La
cabeza empieza a maquinar y el hecho de tener un objetivo para el próximo año
hace que te centres en algo y no te falte la motivación para entrenar día tras
día. Aunque en el momento de dicha llamada estaba en un momento pésimo de forma
por estar parado a cuenta de mi espalda y sus hernias, las ganas creo que
influyen en querer recuperarte cuanto antes y empezar poco a poco pero con
talento, como diría mi amigo Fernando.
Ha sido un año de sacrificios, de
no asistir a pruebas por preparar más a fondo ésta e incluso sacrificar horas
de estar con los tuyos por salir a correr, montar en bici o ir a la piscina.
Para ellos es el triunfo porque realmente son los sufridores.
A lo que vamos… El jueves 03 de
octubre partimos desde Palencia rumbo a Huelva y tras un viaje entretenido con
porque nadie calla llegamos a Isla Cristina (Huelva). Ya se empiezan a ver
bicis, compañeros del triatlón Astudillo, etc. Recogemos los dorsales, un poco
de conversación y poco más que hay que descansar del viaje.
El día antes de la carrera una
pequeña vuelta en bici para comprobar que todo funciona y un baño en el mar
para los que somos de secano y agua de río nos familiaricemos con el agua donde
al día siguiente tendremos que nadar los 3800m. de la prueba.
La tarde del viernes tenemos que
dejar la bici en el box ya que la salida es a las 08:00. Hay que entregar
también una mochila para la T2 ya que ésta se encuentra en Portugal. Por ello
empieza la cabeza a pensar que si te has olvidado algo, que si esto, que si lo
otro…
Por fin ha llegado el día. Aún es
de noche y el ambiente que se respira es bestial, muchas ganas y bastantes
nervios. Antes de amanecer hay que nadar un poco para calentar y la sensación
de meterte al mar a oscuras en principio no es muy buena pero en el momento que
te zambulles te olvidas de todo. Un pequeño calentamiento y fuera, esperando
que amanezca y nos suelten a nadar.
La salida con las primeras luces
del día se hace impresionante. 700 personas en busca de su objetivo, por
delante muchas horas. El recorrido de natación es bastante tranquilo ya que
apenas hay oleaje. Son dos vueltas a un circuito con una salida a la playa
entre medias.
Tras golpes, codazos y algún
trago de agua poco a poco nos vamos colocando donde buenamente podemos para
poder mantener un ritmo constante. Una brazada, otra y poco a poco vamos
pasando las boyas y el hecho de salir del agua para afrontar la segunda vuelta
hace que la natación sea bastante amena. En mi caso, el de un pésimo nadador,
éste pequeño respiro de salir del agua y volver a entrar supone un alivio,
además el hecho de ver a tod@s los acompañantes palentinos animándote es muy
grato.
Después de 1h24m salgo del agua y
en buenas condiciones ya que no me veo muy cansado.
A medida que corres y te vas
quitando la parte de arriba del neopreno camino al box te encuentras de nuevo a
todos los amigos de Palencia animándote y esto hace que se te pongan un poco
los pelos de punta. Esto es la hostia…
Una transición más o menos
rápida, algo de comida, bebida y a por el circuito de bici.
La bici es un poco el plato
fuerte ya que es el sector donde más tiempo invertimos y no hay que “cebarse”
mucho porque luego se puede pagar y con creces. La ventaja es que el drafting
no está permitido, lo que hace que cada uno haga su carrera y nadie se
beneficie de otros. El circuito un poco ratonero ya que finalmente salen 1740
metros de desnivel positivo. Los primeros kilómetros suaves para que las
piernas se vayan aclimatando un poco a lo que espera y coger una buena
cadencia. Los kilómetros van pasando y las dos primeras horas pasan bastante
rápido, el terreno te permite ir acoplado y rodar algo rápido. El aire juega en
nuestra contra pero el tramo español de carretera se hace más o menos cómodo.
El punto fuerte es al cruzar la frontera la rampa que nos encontramos donde hay
que meter todo el desarrollo y levantarse bastante de la bici para no castigar
mucho los riñones. En general todo el sector de bici por Portugal es sube-baja
y hay que ir más pendiente de llevar cadencia que de la velocidad porque cuando
haya que echar a correr las patucas tienen que ir lo menos castigadas posible.

Hay bastante animación en los
pueblos, en los avituallamientos un montón de críos te dan botes en marcha y
así no hay que parar, cosa que se agradece. Los kilómetros van cayendo y la
cosa no va mal. Alguna parada a mear e ir alimentándose y bebiendo
constantemente para evitar sustos. Cuando llevas ya 170 kilómetros en las
piernas y piensas que en breve tienes que soltar la bici y aun te quedan 42
kilómetros… uff. Los últimos kilómetros
de bici coincido con la gente que ya está corriendo, entre ellos Yannick que va
como un tiro y llevará unos cinco kilómetros ya en las piernas.

Al llegar a la T2 en Vila Real de
Santo Antonio (Portugal) más gente conocida del triatlón Astudillo y al gran
Lici animando como él sabe hacer. Otra transición más o menos rápida y más de
lo mismo: beber, comer y esta vez vaselina en los pies para evitar rozaduras.
Empezamos a correr y las sensaciones de las piernas son buenas, Lici me acompaña
un poco con la bici y los ánimos que me va dando son cojonudos. Hay que intentar mantener el
ritmo y no pasarse. A medida que vas avanzando te cruzas con los que van
acabando el sector de bici: Joselu, Ramón y muchos más. Los primeros kilómetros
al ser por asfalto se hacen un poco pestosos y buscas el salirte de la
carretera para no calentar los pies. Cruzamos la frontera corriendo por el
puente internacional del Guadiana, son 666 metros espectaculares. Al poco de
entrar en España afrontamos la subida al Parador Nacional de turismo de
Ayamonte y en la rotonda más ánimos por parte de las chicas palentinas.

Tras pasar Ayamonte, la carrera
discurre por una pista verde que la verdad se hace algo aburrida, pero los
kilómetros van pasando poco a poco. Sobre el kilómetro 15 empiezan las
molestias de estómago y la cabeza empieza a maquinar, la sensación no es buena
ya que no me entra agua y no soy capaz de comer, incluso un rato llego a
caminar para no forzar por miedo. Desde que comenzó la maratón sólo he tomado dos
geles y no quiero que me dé un pajaron… estas sensaciones me acompañan hasta el
km 25 más o menos. Allí en un avituallamiento pruebo con bebida isotónica y
milagro!!! mi estómago la tolera, así que una botella para el camino. En el
siguiente avituallamiento que estará a unos 3-4 km otra botella y gracias a
esto parece que el cuerpo vuelve en sí.
Atravesamos una zona de pinares
con bastante arena en la cual el correr no es fácil y algún tramo es mejor
andar. Al poco de terminar este pinar por fin llegamos a la zona donde empieza
el paseo marítimo donde la concurrencia de gente es enorme y al ir acercándote
a la zona de los hoteles hay mogollón de gente animando así que parece que te
salen alas y vas más rápido.

Al pasar por la zona de meta
quedarán unos 7km. Allí está toda la animación palentina de nuevo y más ánimos.
Al poco de abandonar el paseo marítimo para afrontar un tramo por la playa me
encuentro a Yannick ya de vuelta que está a unos 2km de terminar y el tío sigue
como un cohete. En el tramo de playa toca andar para buscar la parte más
cercana al agua donde la arena más dura te deja correr, a lo lejos se divisa un
avituallamiento y parece que esto va terminando. Por fin dejamos la playa y
volvemos hacia el paseo marítimo por un camino paralelo, volvemos al asfalto y
a unos 2km de la meta está Miguel Carrera, compañero del triatlón Astudillo,
juntos vamos a terminar la prueba. Ya en las puertas del final nos encontramos
de nuevo con la marea palentina y Javi “parches” nos deja la bandera palentina para hacer la entrada en meta ondeando ésta.
Finalmente han sido 12h02m42s y
el puesto 149.
Por parte de Yannick un
merecidísimo puesto 60 con un tiempo de 11h19m13s y Joselu entró en la posición
315 con un crono de 12h52m58s. El reto que era terminar se ha logrado.
Os podéis imaginar los momentos
posteriores donde se suceden los abrazos y tras una ducha volvemos a la zona de
meta para animar a los que aún quedan por llegar.
Ahora en la cabeza descansar y
pensar cual será el siguiente. Porque esto engancha…
Lo último que quiero añadir a
todo este tostón literario son los agradecimientos a todos, en especial a mi
mujer e hijos por las horas que he perdido de estar con ellos para entrenar y
como no a Toño por ese entrenamiento tan cojonudo que ha servido para poder ser
“finisher”.